Ritual de cortejo y apareamiento en los peces betta
Muchos animales del reino animal cortejan a su pareja con cantos, danzas, y despliegues de gallardía y coloración, previo al acto de la reproducción, y es lo que se conoce como ritual de apareamiento. La mayoría de los cortejos o rituales de apareamiento en el reino animal, vienen acompañados o seguidos por actos de violencia, y como se era de esperar, en los bettas, los actos de violencia no serían la excepción, y de hecho son más intensos que lo habitual, debido a la naturaleza misma del pez.
Nidos de burbujas
En los peces betta, el ritual comienza cuando el betta macho inicia la construcción de su nido. Las bettas hembras son atraídas hacia la madriguera por el sonido que produce el macho al construir el nido, el cual está formado por pequeñas burbujas de aire que el macho coloca en la superficie del agua. Las burbujas están envueltas con una sustancia bucal en forma de saliva, que el macho segrega cuando moldea las esferas de aire en el interior de su boca.
En la naturaleza, los nidos suelen ser construidos la mayoría de las veces, en las orillas de las charcas en donde abundan los helechos y la maleza, con la intención de anclar o sostener sus nidos a la vegetación, para que estas puedan ser más firmes, seguros y de mayor tamaño. En algunas ocasiones, los machos deshacen los nidos que ellos mismos han construido para volver a reconstruirlo, cuando consideran que no es seguro o suficientemente grande o extenso para llamar la atención.
Las bettas hembras, por lo general, observan la construcción del nido en silencio, manteniendo siempre su distancia para ocultar su presencia, y solo se acercan al nido cuando consideran que está terminado, para revelar su presencia y para dar la señal de aprobación. En la mayoría de los casos hay más de una hembra observando la construcción de los nidos, y de ese grupo de hembras saldrá una hembra dominante, la cual será la que tenga el privilegio de presentarse de primero ante el macho; el betta macho, sin embargo, no siempre escoge a la hembra dominante, y puede optar por cortejar a otras hembras que estén presentes.
Ritual de apareamiento
El ritual o cortejo del apareamiento comienza con una danza, en donde ambos bettas con la mirada colocada sobre el otro, abren sus placas operculares, retuercen su cuerpo y extienden sus aletas para hacerlas vibrar de forma intensa, mientras intensifica y oscurece su coloración, para luego nadar en torno a su pareja con una actitud intimidante. La danza consiste en una serie de nados frenéticos en donde cada pez trata de circunvalar a su pareja, para tomar ventaja y acercarse por su retaguardia; a medida que la danza avanza, se intensifican las señales de violencia, y el baile es acompañado con empujones, coletazos y mordiscos mutuos por ambas partes.
La danza finaliza cuando la betta hembra es dominada por el macho, y como señal de sumisión o aceptación, se deberá de colocar debajo del nido para permanecer ahí con una postura retraída, con las aletas contraídas y la cabeza inclinada hacia el fondo. Este ritual puede durar entre 2 y 3 horas en las parejas de peces adultos con experiencia previa de apareamiento, pero en una pareja joven con un macho inexperto podría tardar más, y podría terminar en una persecución o pelea, en donde normalmente las hembras salen lastimadas.
El cortejo del apareamiento puede ser traumático y exhaustivo para las bettas hembras, y especialmente si el betta macho que se va a emplear es joven e inexperto. Un betta macho con experiencia, puede esperar a la betta hembra danzando en círculo debajo del nido, o puede nadar con lentitud hacia la hembra y conducirla hacia el nido para iniciar el ritual; mientras que un macho inexperto puede perseguir a la hembra hasta el cansancio por todo el acuario, cuando intenta aproximarse a la hembra con desesperación, y sin ningún tipo de estrategia o plan preconcebido.
Las persecuciones pueden agotar tanto al macho como a la hembra, pero siempre es el macho el que se torna agresivo. Debido a esto es necesario que la hembra tenga suficiente energías para huir cuando el macho decida atacarla, y a veces es necesario que la hembra sea suficientemente grande para contener los embates del macho. Lo ideal sería que la hembra sea un poco más grande que el macho, o que por lo menos sean ambos del mismo tamaño, cuando el macho que se vaya a emplear sea muy joven o inexperto. La edad adecuada para la reproducción comienza a partir del cuarto mes, y muchos criadores prefieren esperar hasta que tengan 6 o 7 meses. Los reproductores tienen una vida útil de aproximadamente 6 meses, y después de esa edad (1 año) dejan de ser utilizados para tal fin, porque la calidad de los descendientes tiende decaer y la producción comienza a disminuir.
Ritual de desove
El ritual del desove comienza cuando la hembra esté totalmente dominada, y se posicione debajo del nido con una postura retraída en señal de sumisión. En ese momento, el macho se coloca encima de la hembra y comienza a envolverlo con su cuerpo, para abrazarla firmemente en su área abdominal; acto seguido, el macho se contrae y presionar a la hembra una y otra vez, hasta sentir que los huevos comiencen a salir. El macho libera espermas cada vez que presiona, y los huevos son fertilizados a medida que vayan saliendo del vientre de la hembra. Los huevos son extraídos por lotes, y cada lote puede contener entre 3 y 7 huevos.
Después de extraídos, los huevos son recogidos por el macho cuando libera a la hembra. Los huevos ya fertilizados caen lentamente hacia el fondo, y en ese momento el macho lo tiene que recoger con su boca antes de que lleguen al fondo, con el fin de evitar que se contaminen y se dañen. El macho envolverá posteriormente a cada huevo con una sustancia bucal dentro de su boca, antes de colocarlo individualmente en el nido de burbujas; y mientras esto ocurre, la hembra permanecerá flotando inmóvil debajo del nido en espera del macho, que la envolverá nuevamente para repetir la operación, hasta que todos los huevos hayan sido extraídos del vientre de la hembra.
El desove dura aproximadamente 30 minutos como promedio, asumiendo que la hembra contenga entre 100 y 150 huevos, pero hay hembras que pueden tener hasta 600 huevos, y de ser así el ritual será mucho más prolongado y agotador, tanto para el macho como la hembra. En estos casos se debe preparar o acondicionar a la pareja con antelación, de modo que tengan energía suficiente para finalizar el ritual, así como fuerza necesaria para reponerse después de la jornada de reproducción. El método para acondicionar tanto al macho como a las hembras es el mismo, aunque que el título del artículo indique que es para las hembras, y es el que aparece en el fondo al final de esta página.
Para aumentar la cantidad de huevos los desoves se puede preparar o acondicionar a las bettas hembras para estimular su ovulación. Esto se logra con una rigurosa dieta alta en proteínas que se le suministra a las bettas hembras en un acuario acondicionado para tal fin. Aparte de la dieta existen otros trucos que pueden contribuir con la producción de huevos, y que son utilizados frecuentemente por criadores en Tailandia y el Sudeste Asiático. Para conocer más sobre el tema pueden revisar el siguiente artículo: preparación de bettas hembras para la reproducción